Parvovirosis Canina

Uranovet - 12/12/2019

Es la patología provocada por el Parvovirus canino CPV2a o CPV2b, que invade y destruye las células con alto índice de división del organismo. El virus se transmite vía oro-fecal, se replica inicialmente en el tejido linfático de la orofaringe, nódulos mesentéricos linfoides y timo. Posteriormente se disemina a los ganglios del intestino delgado y a las criptas del epitelio intestinal.

Sintomatología

La sintomatología varía en función de la edad del animal y del tipo de células que presenta un crecimiento más rápido en el momento de la infección. En animales adultos y en cachorros de más de 2 a 4 semanas de edad, se produce una invasión de las células de las criptas intestinales y la posterior destrucción de las vellosidades. Esto provoca una diarrea hemorrágica que puede ir acompañada de vómitos, deshidratación, fiebre, anorexia, depresión y dolor abdominal. Los animales con una flora intestinal inestable tienen un grado de mitosis más elevado en las células intestinales y se ven más afectados. Puede producirse también una invasión de las células de la médula ósea y tejido linfático, derivando el proceso hacia una linfocitolisis y un shock séptico. En animales menores de 2 a 4 semanas, se produce una invasión de las células del miocardio que puede provocar una cardiomiopatía de desenlace fatal.

Debe realizarse un diagnóstico diferencial preciso para reconocer otras patologías que también pueden cursar con diarreas hemorrágicas y que en ocasiones están infradiagnosticadas, como las parasitosis internas (Coccidios, Giardias), otros procesos víricos (Moquillo, Rotavirus, Coronavirus), bacteriosis (Campilobacter, Salmonella), gastroenteritis hemorrágica idiopática, tumores, invaginaciones, cuerpos extraños, etc.

El Coronavirus canino tiene una importancia especial en el diagnóstico diferencial, puesto que invade y destruye las células maduras de las vellosidades entéricas. Es menos patógeno que el Parvovirus, pero cuando se combina con éste, el cuadro entérico se hace más agudo y de pronóstico reservado.

Interpretación de los análisis

Pruebas Generales

  • Examen coprológico:
    Para detectar parásitos internos causantes de la gastroenteritis o exacerbantes de la misma.
  • Hemograma:
    El hematocrito puede estar elevado debido a la deshidratación, pero a lo largo del proceso, suele detectarse anemia y panleucopenia con una duración de 3 a 6 días post- infección ( en ocasiones se observa tan sólo de 24 a 48 horas). Esta panleucopenia deriva a veces hacia una linfocitosis reactiva.
  • Bioquímica y Proteinograma:
    La bioquímica sanguínea y el proteinograma ayudan a valorar el estado general del animal. Es importante vigilar los descensos de proteínas totales en cachorros.

Pruebas Específicas

  • Detección de Parvovirus en heces:
    La excreción fecal del virus se inicia alrededor de los 2 días post-infección, con un pico máximo alrededor del sexto día y un descenso entre los días 10 y 14, llegando a valores no detectables. Las muestras que proporcionan un resultado más fiable, son las recogidas entre el primer y el tercer día desde el inicio de la sintomatología. En algunos casos, la excreción viral cursa de forma intermitente y durante un mayor periodo de tiempo. Ocasionalmente, la formación de inmunocomplejos a nivel del intestino, hace disminuir la excreción viral a niveles no detectables, dando lugar a falsos negativos.
    Tras la vacunación existe un periodo de excreción vírica que oscila entre los 3 y 7 días (hasta 14 días según algunos autores).
  • Determinación de anticuerpos en sangre:
    Niveles altos son indicativos de enfermedad en animales no vacunados y de buena protección en animales vacunados. Si se detectan niveles bajos en controles de vacunación, se debe revacunar. Los Ac aparecen aproximadamente a partir de los 3 días de la vacunación o de la infección. Los títulos máximos se obtienen entre la tercera y cuarta semana.

Medidas sanitarias

Para inactivar el Parvovirus canino puede utilizarse lejía comercial (1:30) durante aproximadamente una hora o formol. Otros productos no son eficaces. El virus puede persistir en el medio ambiente (jaulas, ropa, etc.) durante más de cinco meses.

Profilaxis

Vacunación. Deben tenerse en cuenta los niveles de Ac maternales de los cachorros. Algunas vacunas vivas atenuadas, pueden provocar una linfopenia transitoria en la fase inicial de respuesta inmune activa, pero no inmunosupresión. La coincidencia de los periodos de incubación y de seroconversión, anula la posibilidad de inmunizar animales recién expuestos al virus.

Bibliografía

  • APPEL, M.J. (1987) Virus Infections of Vertebrates (Elsevier) pg.422-426.
  • APPEL. M.J.G. (1998) Veterinary Medicine (April) pg.360-366.
  • CASTRO, A.E. (1992) Veterinary Diagnostic Virology Mosby Year Book, pg. 150-154.
  • COYNE, M.J. (2000) Journal of American Animal Hospital Association, vol 36, nº2, pg. 137-142.
  • HALL, E.J. ( 1999) Veterinary Clinics of North America: Small Animal Practice, Vol 29, nº3, pg. 441-469.
  • HIRASAWA. T. (1994) Veterinary Microbiology 41 pg. 135-145.
  • HOSKINS, J.D. (1997) Veterinary Medicine, Vol. 92, nº8, pg. 694-709.
  • HOSKINS, J.D. (1998) Informe Técnico nº1 INTERVET.
  • HOSKINS, J.D. (1999) Canine Practice, Vol. 24, nº6, pg.16-22.
  • HOSKINS, J.D. (2000) Canine Practice, Vol. 25, nº1, pg. 6-10.
  • KOUTINAS, A.F. (1998) Veterinary Microbiology, vol. 63, pg. 109-116.
  • LATOUR, S. (2000) VETOMECUM . nº 245, pg. 1-2.
  • LEIB, M.S. (1997) Practical Small Animal Internal Medicine, W.B. Saunders. pg. 691-692, 695, 726-728.
  • MARTIN, M. (1993) Medicina Veterinaria,Vol 10,nº 12, pg 670-674.
  • MARTIN, M.(1993) Ciencias Veterinarias. Animales de Compañía, nº9, pg. 221-240.
  • MINAGAWA, T. (1999) Veterinary Microbiology, Vol. 69, pg. 51-53.
  • MOCHIZUKI, M. (1993) Research in Vererinary Science, 55, pg. 60-63.
  • NELSON, R.W. (1995) Pilares de medicina Interna en Animales Pequeños (Mosby Year Book) pg. 257,260-261,312,319-339).
  • PARRISH, C.R. (1999) Veterinary Microbiology, Vol. 69, pg. 29-40.
  • PEREIRA, C.A.D. (2000) Veterinary Microbiology, Vol. 75, pg. 127-133.
  • POLLOCK, R.V.M. (1993) Veterinary Clinics of North America, Vol 23, nº 3, pg. 555-568.
  • PRATELLI, A. (2000) Journal of Veterinary Medicine B, Vol. 47, pg. 273-276.
  • PRATELLI, A. (1999) Journal of Veterinary Diagnostic Investigation, Vol 11, nº4, pg. 365-367.
  • PRATELLI, A. (1999) Journal of Veterinary Diagnostic Investigation, Vol 11, nº4, pg. 550-553.
  • RIMMELZWAAN, G.F. (1990) Overgenomen unt The Veterinary Quarterly 1214. 21 pg 240-246.
  • SIMARRO, I. (1996) Consulta de Difusión Veterinaria, nº1, pg. 5.
  • SIMARRO, I. (1988) Medicina Veterinaria Vol. 5. nº4 pg.229-232.
  • SODIKOFF, C.H. (1996) Pruebas diagnósticas y de laboratorio en las enfermedades de pequeños animales (Mosby) pg. 172-174, 374-375.
  • TRUYEN, V. (1999) Veterinary Microbiology, Vol. 69, pg. 47-50.
  • UWATOKO, K. (1995) Veterinary Microbiology, Vol 43, pg. 315-323.
  • WHAN-GOOK, N. (1997) Journal of Veterinary Diagnostic Investigation, Vol. 9, pg. 255-260.

Análisis recomendados

Pruebas Generales

  • Examen coprológico.
  • Hemograma.
  • Proteinograma
  • Bioquímica Sanguínea - URE, CRE, GPT, AMI, LIP.

Pruebas específicas

  • Ag de Parvovirus en heces.
  • Ac de Parvovirus en suero.

Puedes solicitar los analísis necesarios a Uranolab® a través de nuestra web, solo tienes que registrar tu clínica con nosotros.

Acceder a Uranolab Saber más sobre Uranolab

Regístrate en nuestro boletín informativo

Utilizamos cookies para mejorar su experiencia en nuestro sitio web. Al navegar por este sitio web, usted acepta el uso de cookies.

Leer más